viernes, 9 de noviembre de 2012

Abrigos de HANON

Mi hermana HANON hace unos abriguitos que me enamoran. Son de un estilo tan distinto del mío, que siento que nos complementamos. Me da tranquilidad lo que hace. Y los detalles que pone, como ese "botón" en forma de hoja. Los abrigos están forrados por dentro con una maravilla de telas. Casi podrían ser reversibles. A ver si saco tiempo y me pongo a coser unos vestidos.
Ahora mi pelirroja Amelia está de viaje, en camino hacia casa de "Moledolls", pues le arreglará algunas cositas, como el color de los labios. Y ya la hecho en falta. Esto de personalizar las muñecas!! pero les coges cariño, por todo lo que proyectas en ellas. Tal vez, inconscientemente, algún que otro deseo, pedazos de nuestra infancia, como gotas de agua en nuestra memoria o en la mirada de alguien que fue especial para nosotras. Blythe es la ternura que quisimos, que recibimos o que tuvimos para después volverla a perder o lo contrario, que hicimos crecer. Esa cabecita en un cuerpo pequeñito. Para mi amar a la Blythe  es algo más que un acto de goce estético, pues tiene la capacidad de hacerte evocar y recuperar ese cosquilleo infantil, de risas, del sonido de pequeños pies correteando, del espontáneo gesto de  pasar del llanto a la risa, porque el presente te regala algo nuevo, bonito, para prepararte en ese duro camino que es "perder la inocencia sin perder la esperanza" (frase genial de Amy Tang y de su precioso libro "El club de la buena estrella") 
Todos mis elogios a Blythe. Y también a Tangkou, pues algo muy similar me está pasando con mi Alice, que cada vez encuentro más entrañable. Ahora la tengo delante, mientras escribo en el ordenador, levanto la cabeza y ahí está con sus dos coletas y sus mejillas tan sonrosadas. Hasta pronto!! Besos y GRACIAS POR SEGUIRME Y POR VUESTROS COMENTARIOS.
Amy






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