Ayer fui por primera vez a "Ribes&Casals", en Barcelona, para buscar seda salvaje azul. Fue una experiencia tan agradable como evocadora. Gran edificio de altos techos, como en el pasado, el murmullo de la gente, el sonido de las tijeras deslizándose con prisa y precisión en un océano indescriptible de telas de todos los colores y texturas, el olor tan único, el ligero y espontáneo aire que se alza, cuando el vendedor deja volar metros de tela unos segundos, los suficientes, para caer de nuevo en la medida que se espera, manos expertas que desenrollan, cortan y vuelven a enrollar las pesadas piezas sobre las enormes mesas... Ciertamente es otro lenguaje, en el cual yo sólo soy una principiante. Pero que placer!!. Tanto si os dedicáis a coser, como si no, os recomiendo ir.
Todo y su aspecto moderno, algo me arrastraba y me hacía retroceder en la historia.
La seda salvaje es carísima. Pero es normal, pues es un proceso artesanal, natural y muy laborioso. La que he comprado yo es para un encargo especial y se llama: SHANTUNG SEDA NATURAL. Espero más adelante mostraros el vestidito. Trataré con mucho cuidado y amor esta tela, porque para mi la seda, por sí misma, ya es una obra de arte.
El cultivo de la seda parece ser que se remonta a la época de la emperatriz
china SI LING CHI (2700 años
antes de Cristo).
Muchos siglos más tarde, la cría
del gusano de seda se introdujo en Francia.
En 1560, un jardinero, Françoise Le Traucat plantó más de 4
millones de brotes de moreras en el sur de Francia par dar empuje a la
sedicultura.
El hilo de un capullo de seda puede
alcanzar una longitud de 1000 a 1200 metros. Impresionante!!!!