A parte de mostraros este detalle del vestido Jane Eyre para Tangkou, también quiero compartir esta otra imagen de la hiedra.
Es sorprendente como ésta se aferra a la vida. Corté hace dos meses un trozo y lo puse en este recipiente, en ese justo lugar. Sus hojas siguen verdes como el primer día y asombrosamente van creciendo unas pálidas y tenaces raíces. El agua va descendiendo y descubro otra nueva y minúscula hoja de hiedra perfectísima en su forma. Para mí esto es todo un regalo, pues estos detalles son en sí todo un espectáculo, tan impresionante como el paisaje más grandioso; es como un sencillo himno de la vida.
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